Escrito por: Eliana Fariña Short – Equipo Comunicación
En el mundo de las redes sociales, parece existir una tensión constante entre lo estético y la accesibilidad.
Por una parte están las plataformas, que buscan crear interfaces y perfiles atractivos que sean visualmente estimulantes para captar la atención de los usuarios.
Por otra, la accesibilidad la cual requiere de considerar las necesidades de personas con discapacidad, como la baja visión, la ceguera, la dificultad auditiva o las limitaciones motrices o cognitivas.
Lograr un equilibrio entre estos dos aspectos es un desafío que afrontar. Diseños con colores llamativos, efectos estridentes, fuentes pequeñas e interfaces complejas, pueden dificultar la navegación y el uso de las redes sociales para personas con discapacidad.
Estamos frente a un mundo que busca constantemente la perfección y la homogeneidad, de una manera en que lo estético deja de ser para todos, y solo responde a las intenciones y necesidades de unos pocos.
¿Están acaso la estética de las redes sociales y la accesibilidad en disputa? O es posible encontrar un balance entre ambas.
Para plantear esta pregunta es importante reconocer, por un lado que la belleza y la estética no son conceptos únicos o universales y que más bien están sujetas a los contextos y subjetividades de las personas.
Por otro lado, es imperativo entender que la accesibilidad es la vía por la cual se da el verdadero reconocimiento y participación de las personas que históricamente han sido ignoradas como público, como son las personas con discapacidad y adultos mayores.
Si se lo toma desde el punto de vista estadístico de las redes al crear contenido que responde a las necesidades del público históricamente dejado a un lado, se pueden mejorar las métricas y comunicación sin intermediarios de una página o perfil. Una de las finalidades de la accesibilidad es la comunicación efectiva y directa.
Pero, ¿cómo podemos lograr una mayor accesibilidad en las redes sociales y aún así mantener la estética? La respuesta es sí, y existen diversas maneras en que se puede lograr el vínculo entre lo estético y lo accesible en las redes:
- Reconocimiento y empatía: El primer paso es reconocer a las personas con discapacidad como usuarios activos de las redes sociales para habitar el espacio virtual y territorial con responsabilidad en pos del reconocimiento de las personas con discapacidad.
- Desde el diseño: Con simples cambios, como el tamaño de letra y colores de fondo, es posible adaptar la estética de un perfil para volverlo accesible. Las interfaces de las redes sociales deben ser fáciles de usar para todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas o cognitivas. Esto incluye utilizar colores y contrastes adecuados, tamaños de letra legibles, opciones de navegación alternativas y compatibilidad con tecnologías de asistencia.
- Contenidos accesibles: El reconocimiento debe estar presente desde el primer momento. Es importante al momento de pensar y escribir, guionar si se quiere, el contenido que vamos a publicar. Esto permite un mejor y más efectivo uso de la accesibilidad. Es necesario pensar en que las imágenes, videos y textos publicados sean accesibles desde el momento de gestación de la idea.
- Aprovechar las herramientas de accesibilidad de las plataformas: Esto se puede lograr mediante la utilización de descripciones de imágenes, subtítulos, transcripciones y formatos de texto alternativos. En el caso de plataformas como instagram y facebook estas funciones pueden ser activadas desde la configuración.
En definitiva, la estética y las tendencias en redes sociales no deben ser un factor de exclusión, sino una oportunidad para dar reconocimiento y accesibilidad a más usuarios.
Es posible lograr el equilibrio y vínculo armoniosos entre ambas y así crear espacios accesibles y de reconocimiento total para todas las personas desde su valor individual y como parte de la sociedad física y virtual.
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