En esta sección de Entre (paréntesis) para el Glosario Social, te presentamos a Gisela Agostino quien es experta en redes, influencer y creadora de contenido. Comparte los mejores tips de maquillaje y recomienda protectores solares que también funcionan como base. Su historia personal marcó el inicio de su recorrido en las redes: a los 15 años, sufrió una lesión medular que la dejó cuadripléjica tras un accidente en una pelopincho —tal como ella misma aclaró en su presentación—. A partir de esa experiencia, Gisela comenzó a construir su presencia como creadora de contenido, combinando belleza, información y vivencias personales.
EL ACCIDENTE
Luego de la presentación de las entrevistadoras, le pedimos a Gisela que nos contara sobre el accidente que marcó su vida. Estas fueron sus palabras textuales: “Tengo una lesión medular producto de un accidente en una pileta, en una pelopincho. Tenía 14 años, fue un 31 de diciembre y quedé con una lesión medular C6, bastante alta”.
En ese momento de la entrevista, reflexionando sobre lo ocurrido, compartió una de las frases más significativas de su relato: “Son esas cuestiones de la vida que en un momento te cambian”. Con estas palabras, Gisela se refirió al impacto que puede tener un accidente en la vida de una persona: cómo en un instante todo puede transformarse. Antes de aquel día, no tenía ninguna discapacidad ni impedimento físico, hasta que, como ella misma expresa, “esas cosas te cambian el futuro”.
A continuación, profundizó en los detalles del accidente: “Di una mortal en el aire y caí con el cuello. No llegué a dar la vuelta, mi cuello golpeó contra el piso. Lo hacía todo el tiempo, lo hacía en el aire, arriba de una silla… y salió mal”.
Gisela también nos compartió que, si bien no realizaba acrobacias de forma profesional, solía practicarlas con frecuencia, ya que había participado en una murga y disfrutaba mucho de ese mundo artístico y expresivo. Continuando con su reflexión, comentó que antes del accidente desconocía por completo lo que implicaba vivir con una discapacidad. Pensaba que una persona con discapacidad nacía con ella, y no imaginaba que un accidente podría llevarla a experimentar esa realidad. Como expresó durante la entrevista: “Nunca uno imagina que te puede tocar”.
Según relató, en su familia nunca se habló de discapacidad ni recibió información al respecto durante su infancia. Más adelante en la entrevista, abordaremos un tema que trabajamos frecuentemente en la Fundación: el aspecto social y la mirada que tienen las propias personas con discapacidad sobre quienes no la tienen. En este caso, Gisela invirtió esa perspectiva y destacó algo poco común: ella siente empatía por las personas sin discapacidad. Explicó que, al no haber suficiente información ni educación sobre el tema, muchas veces las personas sin discapacidad no saben cómo actuar, y por eso algunas lo hacen desde la lástima o adoptan actitudes que no siempre son apropiadas.
MATERNIDAD
Abordando el tema de la maternidad y cómo es transitarla desde la experiencia de vivir con una discapacidad, le preguntamos cómo tomó la decisión de ser madre, y su primera respuesta fue sincera y reveladora: no quería serlo, ya que era un deseo que tenía reprimido por creer que era imposible lograrlo. Fue gracias al apoyo de su marido que se animó a afrontar ese desafío. Él le brindó la tranquilidad de saber que, en aquello que ella no pudiera hacer, él estaría presente para hacerlo.
Además del temor personal y de la creencia de que no sería posible, otro factor que la detenía era el hecho de estar medicada. Por eso, consultó con especialistas sobre cómo resolver esa situación, y finalmente pudo concretar su deseo de ser madre. Gisela cuenta que su embarazo fue normal, aunque tuvo —y aún tiene— muchas infecciones urinarias. También menciona que padece osteoporosis, algo que atribuye tanto al embarazo como al hecho de estar durante tanto tiempo sentada en una silla de ruedas.
En este punto nos adentramos en una dimensión más social: la reacción del entorno cuando Gisela comunicó que iba a ser mamá. Según relató, las respuestas se movían entre la alegría y el temor. Muchas personas, desde el desconocimiento, se preguntaban cómo haría para criar a su hijo, cómo podría ser madre “en su totalidad” teniendo una discapacidad. Reflexionando sobre ese momento, Gisela reconoció que esos mismos temores también estaban presentes en ella, profundamente internalizados.
MIRADAS
La conversación giró en torno a cómo la mirada del otro puede influir negativamente, generando dudas y limitaciones que no siempre provienen de uno mismo. Sin embargo, con el tiempo, Gisela logró construir una vida plena junto a su hijo y dejar atrás esos miedos. Al pedirle que compartiera alguna anécdota de su embarazo y de sus primeros momentos como mamá, respondió con emoción: “Para mí todo fue especial. No tuve contracciones”. Pero lo más conmovedor, según sus palabras, fue descubrir que “el bebé te siente”. Recordó con ternura que le cantaba una canción de Pin Pon, que provocaba movimientos especiales en su panza, y que aún hoy, cuando se la canta, su hijo la disfruta.
Para cerrar este tema, Gisela dejó una reflexión profunda: “Hoy en día hay miles de formas de ser madre, independientemente de la condición de las personas. Psicológicamente, sí siento que uno tiene que estar bien, mental y emocionalmente, para poder llevar adelante esto y también bancarse la mirada social”. Y agregó: “Es difícil, tenés que acostumbrarte a convivir con lo que el de afuera dice y opina. Yo entendí que la gente siempre va a opinar sobre las personas con discapacidad”.
Dado que Gisela es influencer y realiza transmisiones en vivo a través de Instagram, le preguntamos cómo lidia con los haters. Su respuesta fue contundente: no les da importancia. Comentó que, de cada mil personas que la escuchan, tal vez haya uno solo que emita un comentario negativo, y que por eso no vale la pena enfocar la atención en lo que molesta o hace daño.
SEXUALIDAD Y DISCAPACIDAD
Hacia el final de la entrevista, abordamos el tema de la sexualidad. A partir de un mensaje recibido durante la transmisión, le consultaron qué hacer frente a un hijo que comienza a explorar su cuerpo. A raíz de esta pregunta, Gisela compartió reflexiones y consejos vinculados a la sexualidad, remarcando que es importante estar bien informado, ser mayor de edad, y comprender que no es lo mismo vivir con una discapacidad física que con una discapacidad mental. Como expresó: “Que se informe, a ver si puede o no… porque el cuerpo a veces no te lo permite”.
También habló sobre la posibilidad de tener relaciones sexuales y sobre el deseo de ser madre, aclarando que en algunos casos puede no lograrse de forma natural, pero que existen tratamientos o ayudas médicas. Dejó un mensaje inspirador: “Toda mujer que tenga deseo de ser madre, que se lo permita. Más allá de lo que pueda llegar a costar, si uno realmente lo desea… es como un tatuaje: duele, pero si te gusta, no importa el dolor”.
Sus palabras estuvieron atravesadas por un fuerte llamado a la autonomía y al deseo propio. Subrayó que “es importante permitirse todo aquello que uno tenga ganas”, reconociendo que, por supuesto, existen riesgos y dificultades, pero que el deseo debe ser escuchado. Para ella, ser madre fue “lo más hermoso que me pasó en la vida, por lejos”. Y agregó: “Disfruto plenamente de mi vida, más allá de las complicaciones. Todos tenemos dificultades, pero pasan a un segundo plano cuando te focalizás en ser lo mejor posible para tu hijo. Entonces te olvidás de los problemas o de lo malo. Que se lo permitan realmente, es una cosa maravillosa”.
Finalmente, sostuvo: “nadie debe sentir la presión de serlo solo porque la sociedad lo impone”.
Mira la entrevista completa en el siguiente enlace:
Por María Florencia Ponz
Corrección de texto: Sofía Rodriguez Galván
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