Mi nombre es María Florencia Ponz. Soy de La Plata, Buenos Aires, Argentina. Tengo 37 años y una familia numerosa, de cinco hermanos. Mis 10 sobrinos son lo más lindo que tengo en la vida. De hecho, una de mis sobrinas es mi ahijada, ¡necesitaba contarlo jaja!
Tengo una discapacidad motriz denominada espina bífida, que puede tener distintas consecuencias. Una de ellas, mielomeningocele, es específicamente mi discapacidad: no muevo de la cintura para abajo, y me movilizo en silla de ruedas.
Desde mi niñez hasta mi adolescencia caminé con ayuda de un dispositivo (no recuerdo su nombre) que sostenía todo mi cuerpo. También me ayudaba con un andador, nunca usé bastones por miedo a caerme.
Fui a un jardín y a una escuela común, y al terminar el colegio estudié en el Conservatorio de Música Gilardo Gilardi de La Plata, y en la Facultad de Bellas Artes de la U.N.L.P. Soy Licenciada en Música con orientación en Educación Musical y Profesora de Música con orientación en Educación Musical. Ambas carreras tienen distintas orientaciones, es por eso que los títulos se nombran así.
Empecé a tener una mirada distinta sobre mi discapacidad cuando comencé la facultad, porque hasta ese momento nunca sentí tan presente: siempre me vi y me sigo viendo como cualquier persona. Con la facultad me hice más consciente de mi discapacidad, ya que comencé a ser más independiente yendo a cursar y movilizándome por los distintos pisos.
Para mí, la discapacidad es una circunstancia de la vida, porque no siempre me doy cuenta de lo que tengo. Solo cuando salgo a la calle y me tengo que arreglar sola, bueno, y en mi casa también, cuando tengo que levantarme. El resto del día hago mi vida como todos.
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