Soy Eric Monetto, tengo 24 años y nací en la ciudad de Bell Ville. Actualmente vivo en la ciudad de Córdoba Capital, ya que soy estudiante del Profesorado de Educación Física desde el año 2013. Llevo adelante diferentes tareas; como entrenar, capacitarme continuamente en deportes y me gusta mucho estar con mi familia.
Contando un poco más sobre mí, puedo decir que desde nacimiento tengo una discapacidad llamada hipoacusia, lo que sería una pérdida del 60% de mi audición. Por ende uso continuamente audífonos. Esta enfermedad es congénita de nacimiento y hereditaria. Se debe específicamente a que mi papá de niño tuvo rubeola y no fue vacunado, porque en ese tiempo no existía la vacuna o sus padres no sabían sobre el tema. Esto derivo a que mi hermano más grande también posee la misma discapacidad que yo, solo que a él se lo descubrieron más de grande, y eso tuvo una consecuencia de una pérdida del 90% de la audición. Pero a mí, me lo detectaron con más rapidez y de nacimiento por eso mismo lograron controlarlo mejor.
Mi discapacidad no me obligó a llevar una vida diferente, la vivo al igual que cualquier otra persona. Considero que no me afectó y no me afecta en los procesos de aprendizaje, y como así tampoco me impide poder hacer cualquier actividad.
El término de hipoacusia neurosensorial en sí trata dos problemas diferentes: pérdida sensorial del oído interno y pérdida neural que atañe al nervio auditivo. La mayoría de los casos, el problema procede del oído interno. Como nos ha sucedido a mi hermano y a mí.
Por otro lado, y, para terminar, les cuento que la rubeola se presenta en mujeres embarazadas que contraen la enfermedad. Así se contagia y desarrolla el síndrome de la rubeola congénita, que conlleva a la aparición de defectos en el niño, tales como pérdida de la audición, como así también otras discapacidades. De esta manera se explica el porqué de mi discapacidad.
Por Lucía Rodriguez
Fundación Por Igual Más
Colabora en la corrección: Sofía Rodríguez Galván
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