En esta nota de Capacidad en primera persona, te contamos un poco acerca de la vida de Juan Díaz de treinta y ocho años, (¡cinturón negro 3er Dan!),profesor de artes marciales que posee hipoacusia de nacimiento. Nuevamente el deporte, específicamente el karate, como en la nota anterior, vuelve a hacer el protagonista principal. Juan practica hace veintidós años practica este arte marcial y más allá de su discapacidad auditiva, esto nunca le representó un impedimento para desarrollarse como persona y cumplir diversos objetivos tanto a nivel profesional como dentro de esta disciplina.
Juan, nuestro profe entrevistado
Además, para poder cumplir estos objetivos en karate, entrena (¡y bastante!) ya sea en el parque con su entrenador y preparador físico, otras veces con rutinas de ejercicios en el gimnasio. La parte técnica de su práctica en la disciplina la realiza con su maestro y, en sus palabras, mentor Eduardo Novak en su escuela Ketsugo, como dijimos desde hace veintidós años. Juan fue medallista de bronce en el Mundial de Artes Marciales hace dos años en un hecho muy recordado por el diario deportivo Mundo D. Ese bronce la valió la posibilidad de disputar las Sordolimpiadas (tipo de competición dentro del karate adaptado para personas con discapacidad auditiva) en el 2017.
¡En viaje para competir!, representando a nuestro país
Por otro lado, hace ya doce años que le dedica tiempo a la enseñanza del karate en distintos lugares. Actualmente, da clases a personas con disminución auditiva. El grupo incluye niños desde los cinco años hasta adultos de 35 años. El entrevistado destaca: “mi deseo es transmitir mis conocimientos a niños y adolescentes que tienen la misma discapacidad que yo” (hipoacusia).
A modo de conclusión. La enseñanza no tiene límites y lo comprobamos ahora: una persona con disminución auditiva enseña un deporte adaptado. Con apoyo de la familia, la sociedad y el espíritu de la persona, se pueden generar muchas posibilidades, entre ellas la de la docencia que intenta transmitir conocimiento pero, cuyo fin último, es lograr hacer que las personas sean mejores.
Por Mauricio Alarcón
Equipo de Prensa
Fundación Por Igual Mas
Colabora en edición Sofía Rodríguez Galván
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