Nicolás Véliz es de esos jóvenes que, cuando uno los conoce, piensa “es un grande”. No solo porque en la cancha representa en mayúsculas a “la celeste y blanca” con Los Murciélagos, sino porque, además de “ponerse la camiseta” con el equipo, también se compromete en todo lo que emprende. A continuación, inauguramos la Sección “Capacidad en Primera Persona”, con este crac cordobés que nos cuenta cómo fue su experiencia en la Copa Tokio 2014.
«Tengo 23 años (ahora en febrero cumplo 24) y estoy estudiando el quinto año de Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Córdoba. Estoy en la orientación en Producción Radiofónica. Además, trabajo en Tarjeta Naranja, en el Área de Monitoreo, Calibración y Análisis del Centro de Contactos».
«Formo parte de Los Murciélagos desde el año 2007. Tenía 16 años cuando empecé. Tokio 2014 fue mi primer mundial, y la verdad es que va a ser algo inolvidable. El equipo más difícil con el que jugamos fue Brasil, tiene jugadores de un altísimo nivel; de todos modos, creo que con Los Murciélagos hicimos un gran partido, aunque se nos escapó la final… ¡a solo tres minutos de los penales!»
«Vestir la celeste y blanca es un orgullo. Es muy fuerte estar tan lejos y ponerte la camiseta, escuchar tu himno antes de un partido, son cosas que te hacen tomar la real dimensión de lo que estás jugando. Es una sensación única».
«El momento más fuerte del mundial fue cuando ganamos la semifinal por penales en el partido frente a España. Fue un festejo increíble, una alegría tremenda. Nos tiramos todos al piso, uno encima del otro, y era tanta la alegría que nos tuvieron que decir que tuviéramos cuidado de no golpearnos ¡ja, ja!»
«Ahora ya comenzando a entrenar nuevamente para los objetivos que se vienen: este año, en agosto, vamos a jugar los panamericanos en Toronto y queremos traernos la medalla de oro».
Por: Ana Argento Nasser
Equipo de Prensa de Por Igual Más
Colabora en la edición de esta nota: Miriam Coronel
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