Sinopsis
Méndez es el carismático maestro de ceremonias de un pequeño circo, el Circo de la Mariposa, que recorre los parajes desolados de Estados Unidos. A lo largo del camino realiza funciones, a veces de forma gratuita, para llevar un poco de luz a la vida de las personas más desfavorecidas.
Un día conoce a Will, un joven sin brazos y con sólo el amago de una pierna, expuesto en una feria como un error de la naturaleza. Will escapa y se une a la troupé de Méndez, donde descubre otra forma de hacer espectáculo y se plantea su porvenir a la luz de sus nuevos compañeros. Will estaba maravillado con el trabajo de sus compañeros, pero a la vez se sentía inútil, porque pensaba que él jamás podría hacer nada parecido, hasta que una situación límite le demuestra que él también puede superarse y enfentar los desafíos.
En “El círculo de la mariposa” se hace tributo al valor de superarse a sí mismo y a la evidencia de que esta superación, más que física, es una superación de nuestros propios límites: de nuestros miedos, de nuestros complejos, de nuestros resentimientos, de lo que nos enseñaron a creer que no éramos capaces de lograr y que así asumimos y creimos como algo cierto.
Frente a la fascinación primaria que despierta la imperfección, la debilidad, la grosería y la mezquindad, en el circo de El Círculo de la mariposa se rinde tributo a la perfección que nace de superar nuestros límites, nuestros fracasos; en especial, el sentimiento destructivo que surge al enjuiciar como tales los reveses con que a veces la vida nos anima a superarnos para tomar conciencia de los talentos y valores que yacen en nuestro interior a la espera de ser brindados a la Vida.
Este hombre, al que “parece que Dios le dio la espalda”, es un vivo ejemplo de que: “Cuanto más dura es la prueba, más glorioso es el triunfo”
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