María Laura Ojeda tiene 33 años, vive la ciudad de Córdoba, es Técnica en Turismo y nos cuenta para la sección del “Glosario Social” su vínculo con Leonardo Ojeda su hermano con autismo y discapacidad visual.
Gracias por esta nota, Leonardo nació con siete meses y por negligencia de los médicos tuvo falta de oxígeno lo que le provoco problemas neurológicos irreparables y la perdida de la vista.
Hasta los 10 años fue al Instituto para ciegos Helen Keller, para su estimulación temprana, luego por los problemas neurológicos lo trasladamos a varios lugares entre ellos al Centro Privado de Rehabilitación Neurológica «Fundación Causana, un espacio interdisciplinario, y finalmente al Instituto de Educación Especial Sullai hasta los 14 años. Actualmente, por sus problema de salud, está en casa.
Leonardo ha sido una gran bendición para nuestras vidas, nosotros somos tres hermanos y él vino 13 años después: es el benjamín de la casa. Dios nos mandó para amarlo y cuidarlo; y más allá de las dificultades es la luz de nuestros ojos.
Con el tiempo aprendés a saber y conocer que es lo que necesita. Por ejemplo si tiene hambre, si está aburrido o enfermo. Entre las cosas que le gustan está la música: lo relaja, lo tranquiliza, así que en nuestra casa vivimos cantando.
Como catequista siento que gracias a Leonardo conocemos la misericordia de Dios y afianza nuestra fe. Siempre le rezo al Divino Niño Jesús, siento que tiene un vínculo especial con Leo.
Por Víctor José Álvarez Díaz
Equipo de Prensa
Fundación Por Igual Más
Colabora en edición Sofía Rodríguez Galván
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