El 7 de octubre se llevó a cabo el primer concurso Miss Mundo en Sillas de Ruedas, en la ciudad de Varsovia, República de Polonia.
Este evento apuntaba, según su página web, a la integración, a romper barreras, y demostrar que esa discapacidad no es una limitación. Y la mejor forma de hacerlo, al parecer, es construir más imágenes estereotipadas, más patrones sociales y culturales que generan desigualdad y más prototipos que producen frustración y malestar y que acaban convertidos en una cuasi religión, sistemas resistentes y duraderos que apuntan hacia una perfección difícil de alcanzar para el 99,9% de la población femenina, sobre todo porque son irreales.
«Luchad contra vuestra angustias y miedos», aseveró la ganadora en su discurso. «Fue nuestra primera oportunidad para demostrar al mundo que realmente podemos hacer lo que queremos», dijo María Díaz, miss Chile y jugadora de tenis profesional.
Ahora yo me pregunto ¿Los miedos y las angustias se deshacen en un espectáculo de belleza? . A simple vista, eso parece,por hoy se asocia la felicidad con el aspecto físico.
Pero más allá de esto, si en verdad se desea participar en un certamen de belleza ¿No sería incluir que cualquier mujer que desee participar lo haga en los eventos ya establecidos??
Ejemplo de esto es Justin Clark, concursante de de Miss World Australia 2017.
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