“Las crisis nos muestran de lo que estamos hechos.”
En el día de la concientización sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA), cada ciudadano debe asegurarse de tirar abajo barreras y muros que imposibiliten el desarrollo íntegro y cabal de las personas con autismo. Debemos renovar esa promesa cada día para contribuir al crecimiento de una sociedad plena y justa.
Dentro de esta fecha de reconocimiento mundial les presentamos el cortometraje El océano y el cielo. Esta obra nos muestra dos realidades. Por un lado, a la hora de no conocer sobre un tema, una enfermedad o una discapacidad, lo primero que nos surge es juzgar o usar palabras de terceros, sin que estas sean las más adecuadas para dar una definición sobre la materia.
Por otro lado, nos enseña cómo cambia la vida de una familia, primero por la llegada de un nuevo integrante y luego, con el correr de los años, con la aparición del autismo.
El hermano mayor del protagonista intenta explicarnos con un lenguaje sencillo y ameno cómo es el día a día en su familia, cómo su madre trata de sacar a su familia adelante después de que su padre hubiera renunciado a convivir con una persona con autismo. Así, nos cuenta que ellos no son diferentes, que son iguales a nosotros, que quizá algunas cosas se les hacen más difíciles, pero que eso no les impide ser felices.
Como nos afirma al final del corto: “no se trata de sobrevivir, sino de avanzar sin bajar a nadie de nuestro barco.”
Pueden ver el corotmetraje en el siguiente link: El océano y el cielo
Por Agostina Ibarrola
Columnista de Cultura
Equipo de Prensa
Fundación Por Igual Más
Colabora en la edición: Miriam Coronel
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