No creo que haya un día “ideal” para nadie, el asunto pasa por “aprovechar” lo mejor del día.

Víctor Hugo de pie

Por Igual Más

31/10/2016

En esta nueva columna de Capacidad en Primera Persona les vamos a presentar a un colega muy interesante. A pesar de haber tenido algunas trabas en su vida, él continuó adelante y hoy no desperdicia ni un poco de su tiempo. Trabaja y estudia para poder aplicar y enseñar lo que aprende.

 

 

Me llamo Víctor Hugo Cruz, tengo 61 años, soy de la ciudad de San Miguel de Tucumán, aunque hoy resido en San Andrés, provincia de Buenos Aires.

 

Soy discapacitado hipoacúsico bilateral y como mi sordera es crónica, me sugirieron en la MAH –Mutual Argentina de Hipoacusia– que debería ir aprendiendo el lenguaje de señas.

 

Me recibí como Técnico en Comunicación Social en el 86 y desde allí empecé a desarrollar mi trabajo como periodista en diferentes medios y jerarquías, en los staff que integré. Hice radio en FM locales, desde Martínez a San Fernando. Estuve en la dirección periodística de distintos medios y me capacité en la UPTBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires) en distintas materias, como producción periodística televisiva, investigación periodística, investigación periodística televisiva.

 

Foto de arriba: Otro de sus hijos, Facundo Cruz, chileno, junto con Victor–Imagen de hace dos años cuando Facundo llegó a Argentina para concoer a la familia de su padre.

 

Trabajé como data entry en distintas empresas, entre otras, Kodak, BIR (Banco de Intercambio Regional), Cosméticos Avon, Loma Negra. Mi último trabajo de este tipo fue en el 2006, en el Registro Nacional de las Personas.

 

Creo que llegué al periodismo a través de una evolución y búsqueda de mi carrera literaria, y además, tengo publicados algunos cuentos y trabajo en una novela.

 

Foto de Victor junto a su sobrina Rocío Cruz

 

En marzo de este año debí interrumpir otra de mis carreras. Desde el 2014 estudio Licenciatura en Sociología en la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín), pese a que, además, sobrellevo una operación de cataratas del ojo derecho y espero la próxima intervención quirúrgica en mi ojo izquierdo… es decir que veo con un solo ojo. Y si bien estoy a la espera de conseguir lo que necesito para reintegrarme a mis estudios, sigo con mis investigaciones sobre temas sociales, ya que tengo la esperanza de volcar mis logros en estos temas, como las migraciones laborales o la misma discapacidad. Es por eso que trabajo en mi casa constatando determinados temas en la Comisión Universitaria de Discapacidad y en otros ámbitos profesionales.

 

En el 2004 y posterior a la muerte de mi padre, debí regresar a vivir en la casa familiar, ya que mi madre se había quedado sola. Vivo ahí con mi compañera de vida de estos últimos 25 años y nuestro hijo, Agustín, de 18 años. Ambos debieron “amoldarse” a vivir en la casa familiar debido a que en la medida que aumentaron mi discapacidad y los años, las oportunidades laborales decayeron por mi parte. Y quien sostiene el hogar es mi mujer con “changas” de jardinería y limpieza.

 

Foto de Victor tomada por su hijo Agustín

 

Lo que más me gusta hacer es escribir, leer, estudiar… poder manejar el conocimiento sobre un tema para poder enseñarlo: estudio para poder enseñar.

 

Tengo varios sueños. Pero el mayor es ser incluido en la sociedad como trabajador y no tener que padecer la burocratización de las discapacidades para conseguir algo. También mi independencia como individuo, seguir siendo el sostén de mi familia hasta poder jubilarme e integrarme a un sistema que dice estar involucrado en la suerte de los discapacitados, pero hace todo lo contrario y maneja la exclusión a su antojo hace años.

 

No creo que haya un día ideal para nadie –seas discapacitado o no– y me parece que el asunto pasa por “aprovechar” lo mejor del día: que puede ser alguna lectura, música, colores, olores (me gusta mucho cocinar y que la casa huela a comida), el buen humor, la risa de los niños, un mejor baño, un rico perfume… Una mirada seductora de mujer, el abrazo de mis hermanos, el “logro obtenido por un discapacitado…”. ¡¡Eso mejora mi día!!

 

Por Vanesa Navarro

Equipo de Prensa

Fundación Por Igual Mas

Colabora en la edición: Miriam Coronel 

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