Ben, está en un momento clave de su vida, mientras define el divorcio con su mujer, su carrera como escritor se diluye tras un infortunado accidente que le quitó a su hijo de manera inesperada y del que no puede recuperarse.

     Agobiado, acongojado, apesadumbrado por eso, decide tomar un curso de cuidador de personas, para de alguna manera, sentirse útil para alguien más.  Cuando se le asigna su primer cliente, un chico de 19 años llamado Trevor que se encuentra en la etapa avanzada de la distrofia muscular, descubrirá que nadie lo ha preparado para la realidad que se le presenta.

     El film gira en torno a un viaje en auto que Ben y Trevor emprenden para conocer el pozo más grande del mundo. En él conocen a Dorothy (Selena Gómez) una chica que huyó de su casa para ir a Denver a estudiar arte; y a Peache (Megan Ferguson), una señorita embarazada que viajaba por su cuenta a Nebraska para estar con su mamá para cuando nazca el bebé.

     Durante el viaje cada uno de los personajes descubrirá una parte de sí mismo que no conocía. Trevor logrará apaciguar la ira que lleva dentro de él, y también aprende a relacionarse con los demás. Ben logra dejar el accidente con su hijo en el pasado y Dot madura. Resulta importante que cada uno haga ese viaje hacia sí mismo, porque amar es darse, y es muy difícil dar lo que no se conoce.

     Trevor nos recuerda por qué es que Ben trabaja y cuál es la realidad de las cosas. Nos recuerda que es necesario enfrentar lo que nos hace sufrir para poder amar verdaderamente.

Una cinta conmovedora que nos habla sobre la amistad, el dolor, el crecimiento interior y el cómo enfrentar nuestros demonios internos puede hacernos avanzar en la vida.

Por Agostina Ibarrola

Columnista de Cultura

Equipo de Prensa

Fundación Por Igual Más