Francisco Bedini es padre de dos niñas, una de ellas tiene Síndrome de Down. Le escribió al gobierno una carta en donde pide que se prepare a las escuelas y educadores para recibir y enseñar a niños con discapacidad.
“Señor Gobernador, Señor Intendente, Señores Legisladores y Señores Concejales de la provincia de Córdoba. Mi nombre es Francisco Bedini, soy papá de dos hijas, una de ellas con Síndrome de Down, una condición que me ha permitido transitar y conocer la discapacidad desde una mirada distinta.
Me atrevo a escribirles estas líneas, no desde la bronca ni desde la necesidad, si no desde el dolor que me produce saber que todos los días tenemos que lamentar un caso de discriminación en los colegios de Córdoba por parte de docentes y directivos.
Ya la discapacidad por si sola es dura, imagínense ustedes lo tremenda que se convierte cuando los escollos que se presentan son por personas que dicen manejar la discapacidad como quieren, sin someterse a la ley o a las convenciones internacionales que así la regulan.
Es triste ver como colegios que dicen ser Católicos, hoy con un Papa distinto, tienen el coraje de decirle a una mamá, no podemos tener a su hijo con síndrome de down, porque no estamos preparados. El corazón y la voluntad no se preparan, se tiene o no se tiene, ponerse en lugar del otro no es de profesionales.
Y si no están preparados como ellos dicen, que lo hagan, qué esperan. Creo que esperan que los gobiernos de turno los capaciten, quiero creer que es eso.
La escuela Inclusiva no es una opción, es una obligación, un derecho, pero si el estado no controla, el camino de muchos papas se convierte en un doloroso calvario.
Ustedes políticos que poseen las herramientas de cambio, solo les solicito voluntad y humanidad. No podemos seguir permitiendo colegios NO Inclusivos. Nadie está exento, a todos nos puede tocar.
Señor Gobernador usted sabe en carne propia lo que es el dolor, porque lo ha transitado, a eso sumele una discapacidad, ¿se lo imagina? Creo que si.
Les pido de corazón, y en nombre de muchos papás, que inviertan en capacitación para docentes, que puedan entender para qué está una maestra de apoyo, qué es una integración, que se enteren lo positivo que es que nuestros hijos compartan el aula con una persona con autismo o cualquier otra condición.
Les pido que no los abandonen, que los ayuden a transitar este camino con la mayor dignidad posible. Se los pide un papá que transita con absoluta felicidad la condición de su hija.
Se que alguien les hará llegar este pedido y no me llamen a mi llamen a los papás que los necesitan.
Francisco Bedini”
Fuente: apadimblog.com.ar
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