El director de cine Gaizka Urresti y Atades ruedan ‘Vidas inesperadas’, un cortometraje que busca dar más visibilidad al mundo de la discapacidad intelectual
«Yo lo que quiero es presentarme a un concurso de la televisión cantando». Es el sueño de Alfredo, uno de los protagonistas del documental Vidas inesperadas que Gaizka Urresti está grabando en colaboración con Atades. Alfredo es discapacitado intelectual. Algo que no es un problema a la hora de querer hacer realidad su deseo
El otro gran protagonista de este proyecto es Gaizka Urresti, el director de cine que ya capitaneó la grabación de Un Dios que ya no ampara, basada en la experiencia de Miguel Mena con su hijo, también discapacitado y con la que obtuvo incluso una nominación a los premios Goya. Los coordinadores de Atades visualizaron este documental y se pusieron en contacto con él. «Queríamos hacer una cartografía del mundo de la discapacidad», afirma Urresti, quien además asegura que es muy fácil trabajar con los actores seleccionados: «Quienes no tenemos ninguna discapacidad trabajamos con una máscara. Ellos no se plantean si van a salir mal o lo que pensaran de ellos, no tienen esa doble vuelta». Así, graban el día a día de estas personas, desde que se levantan para ir a trabajar hasta que acaban el día en una terraza de un bar.
Tampoco hay un guión fijo, porque cada día surgen nuevas historias de los protagonistas, entre los que se encuentran una niña de 6 años inmigrante africana que padece parálisis cerebral o un anciano de 93 años. Puede que Rafael, un hombre de 62 años, les sorprenda con algún capítulo nuevo de sus historias amorosas, o que Rubén les cambie los esquemas con una conversación sobre los recortes.
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