Lo primero que voy a contarles es que, de algún modo, soy una convencida de que cada uno de nosotros tiene la vida signada, o dicho de otro modo, un destino marcado. Cuando tenía 22 años, me recibí de hemoterapeuta, profesión elegida...
Lo primero que voy a contarles es que, de algún modo, soy una convencida de que cada uno de nosotros tiene la vida signada, o dicho de otro modo, un destino marcado. Cuando tenía 22 años, me recibí de hemoterapeuta, profesión elegida...