Ese es el slogan la iniciativa Buceo sin Barreras, una organización sin fines de lucro en la cual un grupo de voluntarios y profesionales del buceo, formados bajo estándares internacionales, ofrecen una experiencia lúdica e integradora. Tiene como meta ofrecer el buceo a personas con y sin discapacidad como una actividad alternativa con fines recreativos, turísticos, formativos, de rehabilitación y de integración e inclusión comunitaria y social.
Dicho organismo reúne a miembros tanto de Argentina como en Uruguay, Colombia y México, ofrece diversos programas de formación y acción comunitaria y social, adaptados a los objetivos particulares de cada actividad y personas involucradas.
Buceo sin Barreras fue creado por Daniel Zuber en el año 2009 con sede en Argentina, aquí mismo, el Servicio Nacional de Rehabilitación ofrece los natatorios del predio para que los usuarios del organismo puedan experimentar esta actividad .Centenares de personas con discapacidad han podido disfrutar de estas jornadas a lo largo de los ocho años de trayectoria de dicha organización.
«Libertad, paz, ingravidez». Así describió Gabriel Ayala sus sensaciones mientras se acomodaba, empapado, en su silla de ruedas tras una práctica de buceo. El caso de este ex militar retirado de la Armada Argentina, que quedó con «paraplejía traumática» tras recibir un disparo, es uno de los tantos que participa en las actividades de la ONG.
El hombre cuenta que lleva 41 años en silla de ruedas, pero que cuando bucea, esa ingravidez, le permite desplazarse en tres dimensiones dentro del agua. Junto a Gabriel esta Martín Tavolai, un hombre amputado, con quien se entrena y comparte una pileta cubierta en Olivos, provincia de Buenos Aires.
No es el primer deporte que realiza el ex militar, sin embargo, aseguró «La sensación de libertad y paz que uno logra allá abajo, entre las burbujas, en insuperable».
Daniel Zuber, pionero argentino de esta disciplina, tras quince años en Israel, dónde estas prácticas terapéuticas se aplican a la «rehabilitación subacuática» de soldados veteranos de conflictos bélicos, trajo ocho años atrás, esta actividad a su país.
«La ingravidez subacuática potencia el desarrollo de una actitud positiva y optimista», explicó Zuber. La ley de la gravedad es determinante en la vida de las personas con discapacidades motoras como Martín y Gabriel. Los fuerza a una dependencia de otras personas y necesariamente a desplazamientos en dos dimensiones sobre la superficie. Todos aquellos condicionamientos del «terreno» se disuelven al entrar al agua.
Fuentes:
http://www.buceosinbarreras.org/#!/—quienes-somos–/
0 comentarios