Parálisis cerebral

joven sonriendo

Por Igual Más

05/02/2016

Muchas veces la palabra parálisis cerebral suena fuerte a nuestros oídos, y cuando nos dan ese diagnóstico, nos causa mucha incertidumbre. Sin embargo, en esta nota quiero contarles el testimonio de Matías, un joven que al poco tiempo de nacer le diagnosticaron parálisis cerebral, esto se debió a la falta de oxigenación en su cerebro. Esta patología le afecta el lado derecho de su cuerpo, lo cual le impide realizar sus actividades «con normalidad», pero eso no quiere decir que él no trate de superarse día a día y logre con alguna dificultad desempeñarse en cada unas de sus acciones, que son muchas por cierto.

Matías Giabai tiene 28 años. Hoy tiene una sonrisa en su rostro en cuanto ha logrado realizarse. Gracias a su familia, a la gente que lo rodea y sobre todo a sus ganas de vivir, hoy puede decirnos y alentarnos a pensar que sí se puede lograr cada uno de nuestros sueños y proyectos.
Si nombro a su familia es porque él aclara que siempre recibió el apoyo incondicional de sus padres y hermanas, siempre trataron de hacer que pueda realizar sus actividades cotidianas, que estudie y pueda formarse para salir al mundo.

 

 

“Siempre mirando hacia la meta”

 

 

Como todo niño que debió ir a la escuela, sus padres decidieron que realice sus estudios primarios y secundarios en una escuela especial con orientación a la comunicación social. Al terminar de cursar sus estudios, conoció una fundación llamada Aprender A Ser Hacer , la cual le otorgó herramientas para un mayor desempeño en sus actividades.

Uno de los principales objetivos de Matías era poder seguir estudiando y conseguir un trabajo digno, pero para ello necesitaba una silla de ruedas de motor. Allí surgió su nuevo desafío, “juntar fondos para poder comprarla”. Junto con su mamá visitaron varios medios de comunicación, un programa de deportes en TV, un programa de radio y redes sociales. Luego de un tiempo y gracias a la gran movida de la gente que lo quiere y admira, consiguió su silla de ruedas eléctrica. Además, el año pasado logró realizar el curso de oratoria que lo ayudó mucho en cuanto a la seguridad para poder dialogar y relacionarse con los demás, algo que los que lo conocen pueden decir que nunca le costó, ya que es una persona muy agradable y sociable.

Actualmente, trabaja como administrativo en una empresa constructora de la ciudad de Córdoba, se desplaza en colectivos hacia su trabajo que también al principio le costó, pero fue golpeando puertas hasta conseguir una entrevista con el Intendente de la provincia para pedirle que le otorgaran un servicio puerta a puerta de una empresa de colectivos que pudiera llevarlo hacia su trabajo. Como dice él; “el no ya estaba, tenía que pelear por el sí”. Dicho y hecho, consiguió que una línea de ómnibus pase todos los días a buscarlo por la puerta de su casa.

Al final de la conversación, Mati me dijo: “yo siempre pienso que mientras pueda voy a intentarlo, voy a luchar por mis derechos, y sobre todo por mis sueños, hasta que se me acaben los medios y las fuerzas”. Estas fueron las palabras que me hicieron pensar que no existe un diagnóstico que nos limite, que si tenemos la bendición de poder cerrar los ojos para soñar y después abrirlos para poder realizar nuestros sueños, el límite no existe.

 

Por Vanesa Navarro

Columnista de Por Igual +

Colabora en la edición: Mirian Coronel

Fuente:Entrevista a Matias Giabai 

 

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